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El perro y el paseo.

 El comportamiento de los perros durante el paseo

¿Quién pasea a quién? Seguro que muchos de los que tenéis perro os quedáis con la duda de cuál es la respuesta más acertada. Y es que, siendo honestos, lo cierto es que lo más habitual es que las mascotas tiendan a hacerse con el control durante esta actividad. Pero no desesperes. Puedes ir corrigiendo poco a poco este comportamiento de tu perro para que la hora del paseo no se convierta en un constante tira y afloja de la correa.

¿Cuál es la forma correcta de pasear al perro?

Todos los perros, con independencia de la raza o la edad, necesitan salir de paseo todos los días. La actividad diaria de entre una y dos horas es fundamental para su bienestar físico y psicológico. El paseo reduce los niveles de estrés, los ayuda a socializarse y los mantiene en forma, tres ventajas de las que tú también puedes beneficiarte.

No obstante, el paseo se puede convertir en una actividad insoportable cuando tu mascota va por libre, cuando se ha vuelto un poco perezosa y no quiere caminar o cuando, sencillamente, no ha aprendido a pasear a tu lado.

Lo correcto sería que durante el paseo con el perro se dieran las siguientes circunstancias:

  • El animal camina relajado.
  • Tu mascota te sigue el paso: ni se adelanta ni se queda rezagado.
  • El uso de la correa adecuada le permite cierta libertad de movimiento.
  • El estrés y las emociones están dominadas a la hora de salir a la calle.
  • El perro puede saciar su curiosidad oliendo o lamiendo determinados objetos que no supongan un riesgo para su salud.
  • El paseo se realiza sin prisas, sin nerviosismo y sin ‘castigos’.
  • Si la situación y la conducta del perro lo permiten, conviene dedicar 5 o 10 minutos del paseo a jugar sin la correa puesta. 

Tipos de sujeciones y correas para perros

La herramienta básica para salir a pasear con nuestro perro es la correa pero, ¿cuál elegir? Para tener el control de la situación y garantizar la calidad del paseo es importante elegir una combinación de sujeción y correa que se adapte a la anatomía del animal y a sus capacidades como paseante.

  • Collar tradicional: rodea únicamente el cuello y es el que se emplea normalmente siempre que el perro conozca unas mínimas pautas de comportamiento en la calle.
  • Collar antiescape: ¿tienes una mascota miedosa? Un sobresalto podría hacer que el animal diera un tirón repentino que le hiciera zafarse del collar. Mediante un sistema de seguridad del collar se evita que esto ocurra.
  • Arnés: en perros inquietos que acostumbran a tirar de la correa, es mejor emplear un arnés. Al tratarse de una sujeción que rodea el cuerpo, resulta mucho más cómoda tanto para ti como para el animal. Es también la opción favorita de quienes salen a hacer deporte con sus mascotas.
  • Arnés antitirones: cuando no puedas controlar a tu animal porque da tirones muy fuertes, no dudes en recurrir a este tipo de arneses. Evitarás que el perro sufra las consecuencias de su propia ansiedad y tendrás una herramienta sensacional para empezar a enseñarle las bases de un buen paseo.

La correa es el elemento que completa la sujeción y que te servirá para tomar el control del animal. No existe una correa perfecta sino que deberás adaptar su grosor y longitud al peso de tu mascota, a su comportamiento y al tipo de actividad que estés realizando. Lo ideal es emplear las denominadas correas de adiestramiento cuya longitud se puede ajustar a cada circunstancia. Se desaconseja emplear correas extensibles porque, aunque es cierto que se adaptan fácilmente a cada momento del paseo, dificultan el control sobre el animal.

 

Practica con tu perro las normas básicas de obediencia entro y fuera de casa. Órdenes como ven, siéntate o quieto son fundamentales para que el paseo se desarrolle con comodidad para los dos. ¡Pero no abrumes a tu mascota! Este tipo de sesiones no deberían prolongarse más de 10 o 15 minutos al día, exigen una recompensa y llevan su tiempo. El buen paseo se construye paso a paso.

  

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¿Por qué algunos perros muerden?

¿Por qué algunos perros muerden?

Un análisis exhaustivo de la conducta canina implica el estudio de uno de los comportamientos que más preocupa a los amos: las mordidas. ¿Es una cuestión de raza? ¿Es algo instintivo? ¿Existe alguna forma de evitarlas? Hoy aprenderemos por qué algunos perros muerden y cómo se debe abordar este problema.

¿Cuál es el significado de la mordida?

Ni siquiera los seres humanos empleamos siempre el lenguaje hablado para comunicarnos con nuestros iguales. ¡Y los perros mucho menos! Su forma de comunicarse no responde a estructuras lingüísticas y para entender la manera en la que reaccionan hemos de remitirnos a otros aspectos del comportamiento.

Contrario a lo que muchos piensan, la mordida de un perro no tiene por qué responder estrictamente a una agresión ni a una muestra de dominancia ni mucho menos a su raza. Si bien es cierto que existen razas potencialmente más agresivas que otras, este tipo de comportamientos suelen ser el resultado de fobias o traumas que podrían haberse evitado.

La mordida es para el perro una herramienta de defensa cuando no hemos provisto al animal de los medios adecuados para manifestar sus impulsos naturales. Tener una mascota nos convierte en responsables de su conducta y es muy importante trabajar la socialización desde que son cachorros. No en vano, sólo el 20% de la conducta de un perro depende directamente de cuestiones estrictamente biológicas, mientras que el restante 80% es un tema de comportamiento adquirido.

Los perros no muerden sin una razón

La mordida no es la primera respuesta de los canes ante una situación de amenaza, de estrés o de desconfianza. Existen muchas señales previas que nos alertan del riesgo de una mordida que en la mayoría de las ocasiones nos ayudan a prevenir el resultado final. No se trata de justificar este comportamiento, pero sí de entenderlo para encontrar una solución.

¿Por qué muerden los perros? Estas son algunas de las cusas más comunes:

  • La posesión y la territorialidad: mi comida, mi espacio, mis juguetes… La mordida como herramienta para defender la posesión es una de las más habituales en cualquier raza.

 

  • El miedo: la presencia de desconocidos o las situaciones extrañas pueden provocar cierto desconcierto en los perros. La mordida es una respuesta automática que se evita con una socialización temprana.

 

  • El instinto maternal: incluso las mascotas más entrenadas pueden olvidarse de lo que han aprendido cuando se convierten en mamás. Frente a una camada de cachorros los perros se vuelven más reacios a la presencia de humanos.
  • El dolor: la enfermedad no siempre va a provocar el decaimiento de tu perro. Por supuesto que tampoco te va a decir que necesita una aspirina o que lo lleves al veterinario. En presencia de heridas o de mucho dolor, tu mascota puede volverse insolente, fría y distante. Si detectas un cambio de comportamiento de este tipo, consúltalo con un profesional. 

Consejos para evitar que tu perro muerda

La conducta natural de los canes responde a una interpretación jerárquica de sus relaciones con otros animales y también con los seres humanos. Es importante que tu mascota sepa que tú eres el jefe de la manada para lograr que actúe conforme a un esquema que sí es capaz de entender.

Para dejar clara cuál es tu posición y evitar que tu perro muerda, puedes poner en práctica estos consejos:

  • Permitir que los cachorros pasen su primera etapa de vida junto a la madre y el resto de la camada.

 

  • Dejar que explore el mundo sin castigarlo por los pequeños accidentes (por ejemplo, si tira un vaso mientras está jugando con otra cosa).

 

  • Proporcionarle un espacio seguro cuando haya que retirarlo de un lugar inadecuado. En situaciones así su madre lo tomaría del cuello y lo llevaría a otro sitio, tú debes hacer lo mismo.

 

  • Facilítale objetos que pueda morder con tranquilidad. Sobre todo cuando son cachorros, necesitan mordisquear algo para desarrollar sus dientes y encías.

 

  • Sé contundente, pero no grites. Si hace algo mal, es más efectivo un gruñido o un NO tajante que un grito. Los gritos generan ansiedad.

 

  • Aunque sea jugando, si tu mascota se excede con los mordisqueos, emite algunos aullidos cortos para que pare. Cuando lo haga, prémiale con unas caricias. Entenderá que ha sido una acción incorrecta o dolorosa.

 

  • Evita las situaciones de dominancia. No dejes que tu perro se te eche encima, ni que se suba a la cama o al sofá sin permiso, ni que te gruña a la hora de comer. Muestra tu superioridad incluso en las situaciones más comunes para que aprenda a responder a ese patrón de obediencia.

 

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Cuidado con los perros y las plantas

Cuidado con los perros y las plantas

Parques, jardines, calles, ¡incluso nuestra propia casa! Las plantas están por todos lados y algunas de ellas pueden resultar muy perjudiciales para tus mascotas. Los perros son olisqueadores profesionales, pero no tienen ni idea de botánica. Presta atención a las plantas a las que se acercan para evitar una posible intoxicación.

¿Por qué los perros comen plantas?

Seguro que en más de una ocasión has pillado a tu mascota comiendo hierba fresca como si fuera una vaca. No en vano, esto les ayuda a limpiar el estómago de la manera más rápida y eficaz: regurgitando o vomitando.

Por lo general no hay nada de lo que preocuparse. El verdadero problema aparece cuando lo que se llevan a la boca tiene algún componente tóxico para su organismo. Esto sucede sobre todo con las plantas y las flores y, aunque los canes no tienen por costumbre consumirlas, siempre hay algún perro curioso que se lanza a experimentar con lo que sea.

¿Cuáles son las plantas tóxicas más comunes en parques y casas?

Hay infinidad de especies vegetales que pueden resultar nocivas tanto para las personas como para los perros. No obstante, las que resultan verdaderamente preocupantes son aquellas que se encuentran con bastante frecuencia en los parques, parterres y hogares y que, por su cercanía, pueden convertirse en una amenaza para la seguridad de tu mascota.

  • Narciso: nociva para las mascotas y para sus amos. La mayor concentración de veneno está en el bulbo, aunque toda la planta es tóxica, por lo que debes lavarte bien las manos si la manipulas para evitar que tu mascota se intoxique al lamerte. El problema será aún más grave si ingiere alguna parte de la planta. Provoca vómitos, convulsiones, arritmias y diarrea.
  • Aloe: es una planta repleta de propiedades beneficiosas para el ser humano, pero ninguna se extiende al ámbito canino. Es poco habitual que los perros se coman estas plantas, pero de hacerlo pueden sufrir problemas en el sistema digestivo y en el sistema nervioso. Hay muchas variedades de aloe aparte de la popular aloe vera, y todas son igual de malas para tu mascota.
  • Flor de Pascua: muy popular en los hogares durante las fiestas navideñas y nada recomendable si tienes mascotas en casa. La flor de Pascua es tóxica para los perros tanto al ingerirla como por contacto. Al comerla le provocará vómitos y diarreas y al rozarse con sus llamativas flores rojas puede provocarle una dermatitis bastante severa.
  • Hiedra: esta especie tan común en parques y jardines es potencialmente mortal para los perros. La gravedad de la intoxicación dependerá en gran medida de la cantidad de las bayas que ingiera tu mascota y del peso del animal. Mucho cuidado con estos frutos ya que pueden provocar asfixia, parada cardiorrespiratoria y algo mucho peor.

En caso de intoxicación…

Si a pesar de estar siempre muy pendiente no has podido evitar que tu perro meta el hocico en el sitio equivocado, ten en cuenta estas pautas para actuar del modo correcto en caso de una eventual intoxicación:

  • Identifica cuál ha sido la planta que ha provocado el problema y toma una muestra si es posible.
  • Haz un cálculo de cuánta cantidad ha podido ingerir tu perro.
  • Ponte en contacto con el veterinario por si fuera necesaria la asistencia a tu mascota mientras llegas a la clínica.
  • Lo habitual antes de recibir asistencia profesional es mantener al perro recostado con la cabeza ladeada. Arrópalo si tiene escalofríos y dale leche o clara de huevo si tiene vómitos leves.

Actuar con rapidez y conocer el origen de la intoxicación es fundamental para atender debidamente a tu mascota y evitar las peores consecuencias.

 

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¿Cómo se solucionan las fobias de los perros?

¿Cómo se solucionan las fobias de los perros?

¿Te has dado cuenta de que en ocasiones tu mascota reacciona de forma inesperada? No hace falta que la situación le pille por sorpresa. Determinadas circunstancias que nosotros percibimos como cotidianas para tu perro pueden suponer todo un reto. Miedo, inseguridad, angustia… Las fobias pueden generar sentimientos y reacciones confusas. Detectar estos comportamientos es el primer paso para ponerle fin al problema.

¿Tienen miedo los perros?

Los miedos y las fobias son dos cosas diferentes y los perros pueden experimentar ambas. No obstante, mientras que un miedo es una reacción natural de los animales (incluidas las personas) que pone de manifiesto su instinto de supervivencia, una fobia es una reacción desmesurada ante estas circunstancias. Circunstancias que, por otro lado, ni siquiera tienen por qué representar un peligro real.

Hay que tener muy en cuenta esta distinción para poder valorar cada situación de manera independiente, ya que los síntomas del miedo y de la fobia en los perros son muy parecidos:

  • Ladridos
  • Nerviosismo
  • Babeo
  • Temblores
  • Agresividad
  • Parálisis o estampidas

Origen de los miedos y las fobias en los perros

La mayoría de las fobias caninas son la consecuencia del miedo irracional. Este miedo es a su vez la consecuencia de alguna de estas circunstancias:

  • Problemas de socialización o socialización tardía
  • Experiencias negativas
  • Malos tratos
  • Factores genéticos

Algunas razas, por cuestión de tamaño, conducta o herencia genética, pueden ser más propensas a experimentar determinados temores. Cuando estos traspasan la barrera de lo controlable terminan convirtiéndose en auténticas fobias. Es tu responsabilidad identificar cuáles son las situaciones que provocan ese cambio repentino en el comportamiento de tu mascota para atajar el problema cuanto antes.

Fobias más comunes de los perros

Salvo excepciones y casos muy particulares, las fobias de los perros suelen estar relacionadas con alguna de estas circunstancias:

  • Fuegos artificiales, tormentas y otros ruidos fuertes (los coches, la lavadora, las obras…)
  • Interacción con otros animales
  • Interacción con humanos (especialmente con niños)
  • Soledad
  • Visita al veterinario
  • Viajes en coche o en avión

Consejos para solucionar las fobias de los perros

Las fobias en los perros suponen un problema tanto para el animal como para las personas que conviven con él. Piensa que estos temores incontrolados provocan un gran estrés en tu mascota y sólo tú puedes ayudarle a aliviar ese padecimiento.

A pesar de padecer una misma fobia, la respuesta de los perros frente a los mismos estímulos puede ser muy diferentes. La solución a las fobias caninas debe abordarse en función de cómo se manifiestan los síntomas. No obstante, existen algunas pautas comunes en el tratamiento de todos estos temores incontrolables:

  • Transmitir paz y tranquilidad.
  • Evitar presiones y no forzar nunca a tu mascota.
  • Manejar el miedo de manera positiva, por ejemplo, recurriendo a juegos o a golosinas.
  • No mostrar una actitud sobreprotectora. Debes estar cerca de tu mascota, pero neutral.
  • Favorecer a su enriquecimiento mental con juegos y actividades que estimulen su mente.
  • Actuar de forma gradual. No esperes que un tratamiento para eliminar las fobias de los perros de resultados de un día para otro.

¿Sabías que…?

Hay fobias caninas realmente complicadas y difíciles de tratar, sobre todo si tu animal es demasiado grande o si pierde el control con facilidad. En estos casos lo más conveniente es dirigirse a un etólogo canino para iniciar un tratamiento de recuperación de manera profesional.

En la actualidad existen diversos planes de trabajo: la desensibilización sistemática, la técnica de la inundación, el proceso de desensibilización, los modelos de habituación… Cada una de ellas presenta sus particularidades, sus exigencias y también sus riesgos, por eso es tan necesario que una persona experta esté al mando de la terapia.

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Descubriendo al Carlino

Descubriendo al carlino

Cabeza de manzana, ojitos de aceituna y nariz de ciruela. ¡Estos perros están para comérselos! El carlino es una de las razas de perro más entrañables. Pero no te quedes sólo con las apariencias porque detrás de ese cuerpecito tan apretujable hay un animal con muchas otras cualidades positivas.

El pug o carlino: una de las razas más populares de China

Los orígenes del pug hemos de ir a buscarlos a China. Es una raza oriental muy vinculada a las dinastías imperiales que desde hace ya varias décadas ha ido ganando gran popularidad en occidente. Sin embargo, también en Europa se trata de un perro con una larga historia: fue la mascota oficial de la casa de los Orange en Holanda y el animal escogido por la esposa de Napoleón para enviarle mensajes escondidos bajo su cuello mientras estaba encarcelada.

No hay que hacer un gran esfuerzo para caer rendidos a los encantos de estos animalitos. El carlino es un perro de rasgos muy característicos:

  • Grades ojos negros
  • Hocico chato y muy oscuro
  • Orejas plegadas hacia delante
  • Cuerpo robusto
  • Pequeñas dimensiones (en torno a los 8 kilos y los 35 centímetros de altura)
  • Pelaje corto de tonalidades beige
  • Patas más bien cortas y redondeadas

En cuestión de carácter, el pug o carlino se podría definir como un perro bonachón y tranquilo, muy sociable y juguetón (sobre todo con los niños) y muy dependientes de sus amos. No es un perro al que le guste pasar demasiadas horas solo en casa, pero mientras tenga buena compañía se adaptará a la perfección a los hogares más pequeños.

Cuidados especiales del carlino

  • Alimentación

A pesar de sus pequeñas dimensiones, los carlinos son un poco glotones. Lo ideal es que no superen los 9 kilos de peso para evitar que esos excesos se transformen en problemas de salud más graves. A partir de los 6 años los pugs se vuelven perros bastante sedentarios. Hay que mantener unas rutinas de actividad diaria para evitar que se apalanquen en casa. Los carlinos tienen un estómago bastante resistente y toleran bien la comida seca y la húmeda. Sin embargo, ésta última resulta mucho más calórica, así que no conviene abusar de ella en la edad adulta.

  • Higiene

Cuidar de un carlino no tiene mayor complejidad. Las pautas de higiene son las mismas que hay que mantener con la mayoría de los perros. Tal vez convenga prestar algo más de atención a los ojos y asegurarse de limpiarlos con una gasa húmeda al menos una vez por semana. Lo mismo sucede con los oídos o los pliegues de piel del cuello. El baño completo se puede realizar cada dos o tres semanas y el vaciado de las glándulas anales durante las visitar rutinarias al veterinario para evitar abscesos o rupturas en esta zona tan delicada de su anatomía.

  • Salud

En lo que a salud se refiere, el punto más delicado de los carlinos es todo lo relacionado con la respiración. Ese hocico tan chato es la causa de muchas dificultades respiratorias que se agravan con los problemas de obesidad, también frecuentes en esta raza de comilones. Para evitar la fatiga, el asma y el cansancio es importante mantener una dieta equilibrada y la actividad diaria moderada. No son perros de grandes carreras y no toleran bien las altas temperaturas. Los paseos rutinarios serán más que suficientes para mantenerlos en buena forma.

 

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Preparando las vacaciones: ¿qué hacemos con el perro?

 

Preparando las vacaciones: ¿qué hacemos con el perro?

 

Tu mascota es ya parte de la familia. Lo habitual es que cuando programas alguna actividad al aire libre el perro forme parte del plan. Pero, ¿qué sucede si viajas a otro país o si te tienes que alojar en algún establecimiento turístico? Las cosas pueden complicarse un poco, sobre todo si se trata de animales grandes. Pero para todo hay siempre una solución.

Mascotas y vacaciones: un ejercicio de responsabilidad

 

Tener mascota es una gran responsabilidad y es algo que hay que tener en cuenta antes de hacerse cargo de un perro. Muchas de tus rutinas, desde tus horarios diarios hasta la organización de unos días de vacaciones se verán afectadas por la presencia de estos peludos amigos.

Los viajes muy largos, especialmente aquellos que implican tomar el avión o el barco y distanciarse del animal, pueden generar un gran estrés a tu mascota. Aparte de que desde el punto de vista económico puede resultar muy caro desplazarte con tu perro por el mundo, este tipo de trayectos no son muy adecuados por la ansiedad que provocan en los animales.

Probablemente la opción más sencilla y la primera que a todos se nos viene a la cabeza en estas circunstancias es la de dejar a nuestras mascotas en casa de un amigo o familiar. Es una buena alternativa porque con alguien de confianza tanto el animal como tú estaréis mucho más tranquilos esos días. No obstante, no olvides que tener perro es tu responsabilidad y que no puedes delegar ésta en las personas de tu entorno a menos que sea algo totalmente voluntario y realmente estén preparadas para ello.

Guarderías caninas y servicios de cuidadores

La alternativa más sensata es, en muchos casos, dejar a tu animal en una guardería canina. Son espacios especialmente habilitados para acoger a perros de todos los tamaños, alimentarlos y garantizarles una estancia agradable durante tu ausencia.

¿Tu perro es un poco ‘conflictivo’ o no está cómodo al socializar? El personal está acostumbrado a tratar con todo tipo de animales y sabrá cómo ajustarse a sus particularidades. Los precios varían en función de los servicios ofertados, pero calcula una media de entre 10 y 12 euros al día.

Si deseas un trato más personalizado para tu mascota, siempre puedes acudir a los cuidadores profesionales. Son una muy buena opción si tu perro es ya muy mayor o si tiene una condición médica específica que requiere estar todo el día pendientes de él. Empresas como Snau proporcionan servicios de alojamiento directamente en el hogar de un cuidador especializado, con fotos de tu mascota que irás recibiendo diariamente por WhatsApp. El precio es de 20 euros durante los primeros 3 días, pero se va reduciendo cuanto más larga es la estancia.

 

De viaje contigo: alojamiento dogfriendly

 

Cada vez son más los complejos turísticos que ofrecen la posibilidad de alojarte con tu mascota. Es una estupenda alternativa si haces turismo nacional y te desplazas en tu vehículo hasta tu destino vacacional. El perro no lo pasa tan mal, puedes tenerlo siempre controlado y no te echará de menos durante esos días.

Hay alojamientos dogfriendly de todas las categorías: hoteles, campings, apartamentos, casas rurales… Por lo general se ubican en entornos en los que tienes numerosas alternativas de ocio con tu mascota (playa, montaña, parques), aunque cada vez más están apareciendo hoteles urbanos que admiten a las mascotas.

En cualquier caso, son lugares en los que debes garantizar que tu perro se va a portar bien, que eres capaz de controlarlo para garantizar una convivencia adecuada con el resto de huéspedes y que no se va a quedar sólo durante horas. Con todo, si vas a salir a un lugar no apto para perros, muchos de estos alojamientos proporcionan además servicios de canguro durante tu ausencia. ¡No tendrás que preocuparte de nada!

 

Consejos para viajar con tu perro

 

¿Finalmente estas vacaciones van a ser con toda la familia al completo? Si tienes en cuenta estos consejos garantizarás unos estupendos días de relax.

  1. Escoge los destinos más adecuados para viajar con mascotas. Aquellos en los que tengas un alojamiento garantizado y muchas actividades para disfrutar en su compañía.
  1. Acondiciona el trayecto en coche u otro medio de transporte a las necesidades de tu mascota. Tendrás que hacer paradas regulares para que haga sus necesidades, mantener una ventilación adecuada, garantizar su comodidad y asegurarte de que está bien hidratada.
  1. Asegúrate de llevar contigo toda la documentación del perro, su medicación (en caso de que la necesite), su comida habitual y sus juguetes favoritos.
  1. Evita riesgos innecesarios y lleva a tu mascota sujeta con la correa siempre que las circunstancias lo exijan. Por supuesto, sobra decir que su identificación con microchip es obligatoria.
  1. Planifica las salidas, los horarios de comida, las actividades… Cuanto más hayas trabajado en la preparación de esta escapada, más tranquilo la disfrutarás.
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¿Cómo perciben los perros el paso del tiempo?

 

¿Cómo perciben los perros el paso del tiempo?

 

 

Aunque no estén pendientes del reloj ni necesiten una alarma para saber cuándo te toca sacarlos de paseo, los perros también tienen noción del tiempo. No es un concepto físico, filosófico o incluso metafísico como el que podamos tener los humanos pero, a su manera, también les afecta.

 

Cinco minutos, unas horas, varios días… Así perciben el tiempo los perros

 

La mayoría de los animales de la naturaleza, e incluso las especies vegetales, son capaces de percibir el tiempo. No se trata de una capacidad intelectual para saber si han pasado apenas nos minutos o si ya han transcurrido varios años. Para entender esta noción temporal debemos remitirnos a algo más simple e instintivo.

 

La distinción sensorial entre el día y la noche es el principal factor a tener en cuenta. Gracias a la luz natural, tus mascotas puedes hacerse una idea aproximada del momento del día en el que están. Su cerebro no funciona con la precisión de un reloj suizo, así que no te recriminarán que te demores un poco más de la cuenta en ponerles de comer o en salir de paseo. Pero no intentes eludir tus responsabilidades porque no tardarán en darse cuenta de que algo no se corresponde con las rutinas habituales.


Importancia del cómo, el cuándo y el cuánto

 

Otra de las variables importantes para entender cómo interpretan los canes en concepto del tiempo es la rutina. Los perros son animales de costumbres: la hora de comer, la de jugar, la de salir de paseo, la de repantingarse en sus camitas… Todo en su día a día sigue un orden y esta sucesión de pequeños acontecimientos cotidianos les proporciona una idea aproximada del momento de la jornada en el que se encuentran.

 

Sin embargo, todo cambia cuando nos referimos a períodos de tiempo más extensos. Mientras que un perro puede saber perfectamente si estás incumpliendo el horario de salir a la calle, es posible que no sea tan consciente de su ha pasado ya dos semanas o un mes en la guardería canina mientras estás de vacaciones.

 

Eso sí, pobre de que se quede en casa solo varias horas si lo habitual son períodos más breves. Seguramente te habrás dado cuenta de que tu amigo peludo te recibe con la misma euforia como si hubieras desaparecido durante décadas. Precisamente por este motivo no hay que obviar la injerencia de otros factores del comportamiento como la ansiedad que les puede provocar esa ruptura en la continuidad de sus rutinas.


Problemas de ansiedad y cómo gestionarlos

 

Desde aullidos y ladridos incontrolables que harán que tus vecinos te maldigan hasta la destrucción de muebles, cojines y cualquier otro elemento que se cruce en su camino. En situaciones de estrés provocadas por la ansiedad de la separación y ante transcurso de un tiempo que el perro no sabe calibrar con precisión, puedes esperarte cualquier cosa al regresar a casa.

 

¿Existe alguna manera de evitar este torbellino de impulsos destructores cuando tienes que salir de casa más tiempo del esperado? Obviamente, no puedes pedirle a tu perro que se quede viendo Netflix o que se ponga a leer un libro mientras te ausentas. Sin embargo, sí que puedes hacerle más llevadera esta situación con pequeños trucos como dejar la radio encendida a poco volumen, proporcionándole alguna camiseta en la que pueda identificar tu olor o dejándole algunos juguetes que sean más tentadores que los cojines del sofá.

 

Los perros no necesitan smartwatch porque su reloj biológico es mucho más inteligente que cualquier tecnología. Somos nosotros los que, como dueños responsables, debemos minimizar esos tiempos de soledad en los que cada minuto cuenta. 

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¿Tu perro tiembla? Descubre por qué

 

¿Tu perro tiembla? Descubre por qué

El comportamiento canino a veces nos plantea situaciones tan desconcertantes como la de los temblores. ¿Por qué tiemblan los perros? Aunque resulte llamativo, esos movimientos involuntarios no tienen por qué alarmarte. A través de la observación y de la ayuda de un especialista es posible averiguar el origen de esos contoneos.

 

¿Es normal que mi perro tiemble?

 

El temblor en los perros no es un síntoma que se pueda asociar a una determinada edad o a una raza en concreto. Todos los perros tiemblan, en mayor o menor medida, como consecuencia de estímulos internos o externos.

 

No te pongas en lo peor. Lo habitual es que el temblor tenga una explicación sencilla y que no revierta ninguna gravedad. No obstante, si percibes que los temblores son persistentes y que no están asociados a ninguna causa que te resulte fácil reconocer, es importante pasar por la consulta del veterinario.

 

Los episodios de temblores recurrentes pueden tener su origen en una enfermedad patológica como el moquillo vírico, parásitos o síndrome de Shaker (inflamación de cerebelo). En los casos preocupantes, el temblor está acompañado de otros síntomas como los vómitos o la pérdida de equilibrio, por lo que hay que estar muy atentos a todas las características de estos episodios.

 

Casusas de los temblores en los perros

 

Evitemos ser alarmistas. Todos queremos mucho a nuestras mascotas y deseamos que gocen de un perfecto estado de salud. Los temblores en los perros no son sinónimo de que exista un problema. Hay que abordarlos con tranquilidad y actuar de acuerdo a las características de cada situación.

 

¿Por qué tiembla tu perro? Los motivos internos o externos por los que se producen los temblores en los perros pueden ser de diferente naturaleza, aunque podemos dividirlos en dos grupos:

 

  1. Razones físicas

 

  • Frío: es habitual en los canes de poco pelaje o de peso reducido. Puedes controlar su temperatura corporal con prendas especiales para perros o acomodándolos en una cama para perros adaptada a sus necesidades.

 

  • Fiebre: cuando el temblor no está relacionado con una causa externa y el animal no ofrece respuesta a otros estímulos, la presencia de fiebre es una posibilidad. La temperatura de un perro se realiza por vía rectal. Lo mejor es llevarlo al veterinario.

 

  • Dolores: el desgaste físico de tu mascota, los problemas de artritis y los dolores musculares también derivan en temblores esporádicos. Es posible que el veterinario te recomiende algún tipo de analgésico y descanso.

 

  • Hipoglucemia: las bajadas de azúcar son comunes en los perros pequeños. Si tu mascota ha hecho un sobreesfuerzo y empieza a temblar, prueba a darle algo de comer.

 

  • Tratamientos farmacológicos: los perros no responden igual a todos los medicamentos. No suspendas el tratamiento hasta consultarlo con el veterinario, pero es probable que los medicamentos le estén provocando algún tipo de efecto secundario.

 

  • Trastornos neuronales: a edades avanzadas el sistema neuronal de tu mascota se irá desgastando. Los tics y temblores, sobre todo en las patas traseras, son habituales en los perros viejos. Harán falta pruebas diagnósticas para determinar si se trata de una enfermedad como la epilepsia o el síndrome de Shaker.

 

  1. Razones emocionales

 

  • Ansiedad: los temblores pueden ser el reflejo del estrés que tu mascota está experimentando en un momento determinado. Un buen paseo lo ayudará a canalizar toda la energía que le sobra y a recuperar la tranquilidad.

 

  • Miedo: no van a morderse las uñas ni a taparse los ojos como haces tú cuando ves una película de miedo. Cuando un perro está asustado, tiembla. Un sonido, una situación desconocida, la inseguridad de toparse con otros animales… Son muchos los motivos por los que tu perro puede sentirse amenazado. Desaparecida la causa del miedo, se esfumarán también sus temblores.

 

  • Excitación: ¿cuántas veces no habrás visto a tu perro menearse a lo Shakira cuando llegas a casa? Los temblores no tienen por qué ser algo negativo. También son la expresión de una alegría incontrolable.

 

Cuando llevas tiempo conviviendo con tu mascota conoces bien sus hábitos, sus manías y sus fobias. Ante cualquier sospecha de que sus temblores no son comunes, lo mejor es que acudas al veterinario. Tanto si los síntomas son de origen físico como psicológico, encontrará un tratamiento para ponerle solución a esos tembleques. 

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Comunicación canina: ¿Por qué nos lamen los perros?

 

 

Comunicación canina: ¿Por qué nos lamen los perros?

 
 

 

Seguramente, si tu perro pudiera decirte con palabras lo mucho que te quiere, no le haría falta pegar esos lametones. Pero la comunicación canina emplea todo tipo de recursos. Ladridos, gruñidos, lengüetazos y otras formas peculiares de comportamiento son la base de la interacción entre los perros y otras especies.

 

5 motivos por los que nos lamen los perros

 

Es posible que hasta ahora hayas pensado que el lamido del perro es sólo su forma de mostrar afecto. Sin embargo, detrás de este gesto tan natural hay un complejo sistema de comunicación. 

 

¿Qué nos dicen los perros cuando nos lamen? Los lametones pueden presentar muchos matices, pero lo más habitual es que tu perro persiga uno de estos objetivos:

 

1.     Sé que tú eres quien manda: como líder de la manada, tu perro te muestra su respeto acurrucándose a tus pies y lamiéndolos. Eres su guía, ¡no lo defraudes!

 

2.     ¡Cuánto te quiero!: tu perro no te hará nunca un regalo de cumpleaños, pero cada día te muestra su afecto con estos gestos amistosos. Los lametones son la manera habitual con la que los canes limpian a sus cachorros. Una expresión de amor con un toque maternal y protector. 

 

3.     Ayúdame a relajarme: cuando los lametones llevan un ritmo frenético, lo más seguro es que tu perro esté ansioso. Porque quiere salir de paseo, porque no le gusta la sala de espera del veterinario, porque se siente inseguro… Un juguete mordedor puede ayudar a que se relaje y a que cambie este hábito. 

 

4.     Estás para comerte: a tu perro le gustas de mil y una maneras. Tanto que hasta le sabes bien. Los perros sienten especial predilección por los sabores salados. Si tu mascota insiste en lamerte cuando acabas de llegar de correr es porque le resultas de lo más sabroso. 

 

5.     ¿Y tú quién eres?: la composición química de tu piel tiene un sabor particular en cada persona y los perros son capaces de reconocerlo. Tu sabor está repleto de información y los perros son muy curiosos. 

 

¿Es peligroso que nos laman los perros?

 

Por mucho afecto que le tengas a tu amigo peludo, siempre es conveniente tomar algunas precauciones ante sus arrebatos de afecto. Aparte de que no tienen el aliento refrescante del que se come un caramelo de menta, hay otros motivos de salud por los que debes priorizar siempre las cuestiones de higiene. 

 

Ya sabemos que los perros meten el hocico en cualquier lado y arrastran en la boca y en la nariz otro tipo de bacterias que pueden resultar potencialmente peligrosas. El contagio de parásitos es un riesgo derivado de su conducta perruna, pero con unas buenas pautas de higiene no hay de qué preocuparse.  

 

Perros que funcionan como probióticos

 

En condiciones normales, la saliva de los perros no tiene por qué resultar peligrosa para los humanos. Es más, hace ya unos años un grupo de científicos estadounidenses probó que quienes tienen perro en casa poseen una microbiota más variada que aquellas personas que no están en contacto con mascotas. 

 

Gracias a esta microbiota tan heterogénea, el cuerpo tendría una mayor predisposición a la hora de contraatacar a las bacterias patógenas que nos provocan ciertas enfermedades. Según la hipótesis defendida por estos investigadores, tener perro es bueno para la salud más allá de aspectos meramente emocionales. 

 

 

El lamido es una variante de la comunicación perruna que junto a otras formas de expresión como los aullidos, los ladridos o el movimiento de la cola nos está transmitiendo algún tipo de información. Presta atención a los lamidos de tu perro y descubrirás que el mensaje no siempre es el mismo. 

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Descubriendo al Teckel

Descubriendo al Teckel

                      

Su peculiar físico no es lo único destacable de este animal. El Teckel o Dachshund, popularmente conocido como ‘perro salchicha’, es un estupendo rastreador con el que te esperan muchas horas de diversión y actividad.

Orígenes del paticorto más popular de todos los tiempos

¿Te has preguntado en alguna ocasión por qué los Teckel tienen esa fisionomía tan particular? Descendientes de una extensa estirpe de perros rastreadores, su cuerpo está perfectamente adaptado a la caza bajo tierra, de ahí sus patas cortitas y su lomo alargado. 

Para conocer sus orígenes tendríamos que remontarnos a los pueblos germánicos del siglo XVIII, cuando el Teckel era prácticamente una herramienta de trabajo a la hora de explorar madrigueras y otros recovecos de los boques en busca de la mejor presa. Hoy en día siguen conservando ese instinto explorador y son perros muy activos. 

Aunque en ocasiones pueden resultar algo testarudos, no te resultará complicado socializar a estos perros y enseñarles unas pautas mínimas de comportamiento. Los Teckel no soportan la soledad y harán lo que sea para asegurarse una buena compañía.

¡Cuidado con el sobrepeso!

La morfología de los Teckel es el resultado de la presencia de un gen asociado a un tipo de enanismo y que recibe el nombre de bassetismo. Este gen no sólo afecta al tamaño de sus patas y a la longitud de su lomo sino que hace que estos perros sean más propenso a sufrir graves problemas de espalda. Ello se debe sobre todo a la calcificación del gel de la espina dorsal, que hace que el cuerpo de estos peludos pierda elasticidad y amortigüe peor cualquier impacto. 

Pero no hay de qué preocuparse. Teniendo en cuenta que éste es el punto débil de los Teckel, podemos actuar antes de que surja cualquier problema.

  • Evita los saltos. Son perros muy juguetones, pero tienen sus limitaciones.
  • Si tienes escaleras en casa, bloquéales el acceso para que no las utilicen. 
  • No los levantes del suelo por las patas delanteras. Debido a su longitud, habrá que colocarles una mano en el pecho y otra hacia las patas traseras para distribuir el peso. 
  • Ejercicio sí, pero moderado. Correr a grandes velocidades o dar paseos interminables no le sentará nada bien a su espalda. 
  • Controla la alimentación. Un Teckel con sobrepeso será más propenso a sufrir problemas en vértebras y discos que comprometan su movilidad. 

Una extraordinaria compañía

No vayas a pensar que debido a las particularidades de su cuerpo los Teckel son perros vulnerables o que se sienten indefensos. ¡Todo lo contrario! Ésta es una raza muy intrépida y con gran personalidad. De hecho, son perros con fama de testarudos y más que sobreprotegerlos habrá que ponerse las pilas para que no asuman el liderazgo de tu hogar. 

Debido a sus instintos cazadores, los Teckel suelen ladrar con frecuencia. Ésta era su manera de comunicar que había una presa cerca y en casa es su modo de reclamar tu atención. Porque si hay algo que a estos peludos les gusta más que los juegos de esconder y buscar es sentirse queridos por su entorno. 

¿Te animas a tener un Teckel como compañero? Salvo por algunas precauciones muy básicas, son perros muy fáciles de cuidar, en ningún caso superan los 9 kilos de peso y tienen una prodigiosa capacidad olfativa que te resultará muy divertida a la hora de jugar con él. ¡Son la compañía perfecta!

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